¿Podría identificar alguna ciudad de Colombia si la viera a 400 kilómetros de altura y convertida en un croquis de luces?
No es un trabajo fácil, incluso para astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI), que, mediante fotos desde el espacio, retratan a diario todo lo que ven. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (España) crearon el proyecto independiente Cities at Night, con el que se han propuesto investigar, con imágenes archivadas, la contaminación lumínica en el planeta Tierra. La Nasa, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, entre otras, han difundido la iniciativa.
Alejandro Sánchez de Miguel, estudiante de doctorado del Departamento de Astrofísica y Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los fundadores del proyecto, dice que la contaminación lumínica es la modificación del medioambiente nocturno debido a la introducción de luz artificial.
Esto puede generar afectaciones en el ecosistema y en la salud, como procesos irritativos visuales en personas susceptibles o alteraciones en los ciclos de sueño ante exposiciones prolongadas.
“Por ejemplo, los insectos o aves nocturnas, a pesar de que están acostumbradas a andar en la oscuridad y a la luz natural de la Luna –que no produce contaminación lumínica–, muchas veces se sienten atraídos por la luz artificial y enloquecen o pueden llegar a morir”, explica.
Para lograr su propósito, buscan voluntarios. La tarea es tratar de identificar ciudades del mundo entre esas diminutas y radiantes lucecitas, como las que se ven de noche desde un avión o desde un mirador en lo alto de una ciudad, pero tomadas desde el espacio.
Hasta el momento, el proyecto ha seleccionado 130.000 imágenes nocturnas de alta resolución, que han sido clasificadas con la ayuda de voluntarios.
Para sumarse a esta iniciativa hay que acceder a la plataforma sobre ciencia ciudadana crowdcrafting.org (siendo usuarios registrados o no) y seguir tres procesos.
En el primero, dark skies o cielos oscuros, se presentan imágenes de la EEI para que decidan si lo que ven es una ciudad o son estrellas. Dependiendo del número de voluntarios que dicen que es una ciudad, se avanza al siguiente paso: lost at night o perdidos en la noche.
En este se exhibe la imagen de una ciudad al voluntario y junto a ella un mapa de la zona donde estaba la EEI cuando fue tomada la foto. “Tienen que localizar la imagen en una zona ‘próxima’ de un punto verde que hay en el mapa”, añade.
En el último paso, night cities o ciudades nocturnas, se deben identificar en la imagen cinco cosas u objetos, como vías o puentes, y compararlos en el mapa. Ese resultado ayudará a los expertos a transformar las fotos en un mapa de contaminación lumínica.
En España, por ejemplo, Sánchez de Miguel, junto con Jaime Zamorano, profesor de la Complutense, y José Gómez Castaño, astrónomo aficionado y experto en información geográfica, medirá, entre otras cosas, cuánto gasta el Gobierno en alumbrado público.
Los impulsores del proyecto dicen que este sugiere que los datos de contaminación lumínica pueden contribuir a varias investigaciones, desde un estudio epidemiológico del cáncer de mama y próstata hasta el efecto de las luces en los pájaros y la seguridad vial y ciudadana.
“Con muy poco dinero y la colaboración de los ciudadanos de todo el mundo se pueden hacer muchas cosas más”, concluye Sánchez de Miguel.