Estados Unidos realizó este lunes un ataque aéreo contra el grupo extremista islámico somalí Al Shabab en Saakow, en el sur del país africano. El objetivo de la operación era un “alto líder” de la organización terrorista, según ha confirmado el Departamento de Defensa en Washington, que no ha aclarado aún el éxito de la misión.
Estamos evaluando los resultados del operativo, se limitó a decir el portavoz del Pentágono, John Kirby, en un escueto comunicado, en el que se comprometió a dar más información, si se considera “apropiado”, conforme se conozcan más detalles.
El ataque estadounidense se produce tan solo dos días después de que Mogadiscio asegurara que uno de los dirigentes del grupo islamista, Zakariye Ismail Hirsi, se había entregado al Gobierno somalí.
Hirsi, al que EE UU señala como el jefe de inteligencia de Al Shabab, está incluido en el listado de los terroristas más buscados por Washington, que ofrecía una recompensa de tres millones de dólares por información que llevara a su captura. El grupo extremista intentó minimizar la noticia afirmando que Hirsi había abandonado hace tiempo la organización.
Con todo, su pérdida supone un golpe para el grupo extremista. De hecho, el ataque anunciado este lunes no es el primer intento de Washington por diezmar el liderazgo de la organización afiliada a Al Qaeda y que pugna por instaurar en Somalia un Estado islámico radical.
En septiembre, Ahmed Godane, el principal líder de Al Shabab, murió por el ataque de un dron (avión no tripulado) estadounidense. El Pentágono calificó en ese momento la muerte de Godane como una “enorme pérdida simbólica y operativa” para el grupo terrorista.
En 2012, Washington ofreció 33 millones de dólares a quien ofreciese cualquier información fiable para la captura de siete de los principales líderes de la organización, uno de los cuales podría haber sido el objetivo de este nuevo ataque.
A pesar de la ofensiva contra Al Shabab, que entre otros se atribuyó el ataque en 2013 contra un centro comercial en Nairobi, Kenia, que dejó más de 70 muertos, la organización extremista ha perpetrado en las últimas semanas nuevos atentados sangrientos en la región.
El 25 de diciembre, tres soldados de la Misión de la Unión Africana (UA) en Somalia y un contratista civil murieron en un ataque de la milicia contra el cuartel general de la misión en Mogadiscio. A comienzos de este mes, Al Shabab se atribuía también un ataque en Kenia —país al que exige que retire a sus militares de la misión de paz en Somalia— que causó la muerte de al menos 36 trabajadores de una cantera.