El Papa Francisco avanza con paso firme, a los cambios y debates, de que la iglesia se actualice a la nueva sociedad.
CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco convocó a sus asesores para esbozar sus reformas en el Vaticano, admitiendo que existe resistencia a sus cambios pero advirtiendo que acoge de buen grado el debate y que seguirá adelante con la iniciativa.
Es la séptima ocasión en la que el grupo de nueve cardenales, que representan a los cinco continentes y el Vaticano, se reúne para preparar una reforma del gobierno vaticano, y que Francisco dice necesita cambiar para ser más eficiente y sensible a la Iglesia actual.
En una entrevista con el diario La Nación la víspera de que comenzaran las reuniones el martes, Francisco admitió que las resistencias internas a sus planes “ahora se evidencian”.
Sin embargo, señaló que esa oposición es sana: “para mí es un buen signo que las ventilen, que no las digan a escondidas cuando uno no está de acuerdo”.
Las reformas no terminarán en 2015 y la “reforma espiritual” del personal del Vaticano era un proceso a largo plazo, añadió.
Francisco ha creado una Secretaría de la Economía para supervisar las finanzas, volviéndolas más eficientes, transparentes y acordes con los patrones internacionales. Sus propuestas para reformar la curia incluyen crear consejos pontificios para los laicos, la familia, los migrantes y los trabajadores de la salud, así como crear congregaciones para los laicos y la caridad.
También causó sorpresa al reemplazar al juez archiconservador de la suprema corte Leo Burke y al jefe de la Guardia Suiza.
Al defender esas decisiones, dijo que el cardenal Burke, uno de sus críticos más rígidos, aceptó y “creo que hasta le gustó” su nombramiento como consejero espiritual de la Orden de Malta. En cuanto al comandante de la Guardia Suiza, dijo que había cumplido su período y era hora de una “renovación” en el ejército más pequeño del mundo.