La NASA elogió ayer el primer aterrizaje sobre un cometa de un robot de exploración, el módulo Philae de la sonda espacial europea Rosetta, hecho que calificó de “avance del momento” en la historia de la exploración del universo.
El Philae se posó en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko después de más de 10 años de viaje interplanetario y de recorrer 6 mil 500 millones de kilómetros, un hito sin precedentes en la historia de la conquista del cosmos, gracias a una maniobra tan complicada que algunos expertos la comparan con el encuentro de una bala con otra en el espacio. “Nosotros felicitamos a la ESA por su exitoso aterrizaje en el cometa”, declaró John Grunsfeld, astronauta y administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la agencia espacial estadunidense.
“Este logro representa el avance del momento en la exploración de nuestro sistema solar y un hito para la cooperación internacional”, destacó. Grunsfeld señaló, gracias a la cooperación entre las agencias, hay tres instrumentos de la NASA a bordo de Rosetta para mapear el núcleo del cometa y buscar señales de agua. “Estamos orgullosos de ser parte de este día histórico y miramos hacia adelanta para recibir datos valiosos”, dijo.
Hecho histórico
Philae “está posado en la superficie y nos está hablando”, anunciaron en una explosión de júbilo los responsables de vuelo Andrea Accomazzo y Stephan Ulamec, desde el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Darmstadt, Alemania.
“Es un gran paso para la civilización humana. Somos los primeros que lo logramos y eso quedará para siempre”, señaló Jacques Dordain, director general del programa espacial europeo. Desde el 6 de agosto y tras más de 10 años de viaje interplanetario, la sonda no tripulada se desplaza a escasas decenas de kilómetros junto al cometa, escoltándolo en su desplazamiento a medida que se aproxima al Sol.
El módulo, cuyo aterrizaje desencadenó una salva de aplausos en el centro espacial alemán, permitirá explorar directamente el núcleo del cometa, es decir la parte sólida que por el efecto de la radiación solar genera la “coma” y deja una “cola” de gases y polvo a veces visible. A la velocidad de la luz, los datos enviados a la Tierra mediante señal de radio demoran 28 minutos y 20 segundos en llegar al centro de operaciones de Darmstadt.
Una preocupación
Repleto de instrumentos de observación, el módulo europeo carece de sistema de desplazamiento autónomo. La superficie del cometa está cubierta de polvo, su temperatura es de unos 70ºC bajo cero y a pesar del aterrizaje exitoso, nada garantiza la ausencia de imprevistos.
Para evitar que rebotara sobre la superficie del cometa, Philae está dotado de un sistema de arpones en las patas, destinados a asegurar su anclaje inmediato. Sin embargo, hay preocupación de que los arpones de anclaje no se hayan accionado correctamente. “Hay indicios de que pueden no haberse activado, lo cual puede indicar que estamos sobre suelo blando y no estamos anclados”, dijo a la prensa el director de vuelo de Philae, Stephan Ulamec.
Si Philae no está pegado al suelo, esto podría dificultar que algunos instrumentos, como la perforadora encargada de tomar muestras del suelo, lleven a cabo su misión, declaró Philippe Gaudon, jefe del proyecto en el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Toulouse, Francia. A causa de su tamaño reducido apenas genera fuerza de gravedad, por lo que fue suficiente un leve impulso mecánico desde la sonda para lanzar la operación de aproximación del Philae: siete horas de lenta caída libre que alcanzó la velocidad de 3.5 km/h en el momento del impacto. El cometa se encuentra viajando entre las órbitas de Júpiter y de Marte. Mide unos cuatro kilómetros de diámetro y tiene una forma irregular con dos núcleos.
Los cometas son agregados de polvo y hielo primordial, escombros restantes del proceso de formación del Sistema Solar ocurrido hace 4 mil 600 millones de años. Por eso el módulo Philae intentará analizar directamente con sus instrumentos esta “bola de nieve sucia” y descifrar las claves para comprender cómo los planetas se formaron alrededor del Sol, explica la ESA sobre la misión.
Una de las teorías es que los cometas, al interactuar con la Tierra, ayudaron a sembrar la vida en ella, al traerle agua y moléculas orgánicas. Si todo sale bien, la sonda Rosetta y su módulo seguirán enviando información cuando el cometa esté en el punto más cercano al Sol de su trayectoria, en agosto de 2015. Los expertos anticipan que en esas fechas, bajo el efecto del polvo y las proyecciones, el Philae deje de escrutar los secretos del cuerpo celeste y se dé por finalizada la misión.
La EEI esquiva basura
La Estación Espacial Internacional (EEI) está fuera de peligro después de que tuvo que elevar su altura para esquivar basura espacial, informó ayer la agencia espacial estadunidense (NASA, por su sigla en inglés).
Controladores de vuelo elevaron 1.6 kilómetros la órbita de la EEI. La operación de desplazamiento tuvo que ser efectuada debido a que una pequeña pieza de escombro de un viejo satélite chino estaba peligrosamente cerca de la instalación científica. Sin la maniobra, los dos objetos habrían estado a escasos metros de distancia, un riesgo amplio para el laboratorio en órbita, ya que una colisión puede ocasionar daños muy serios. Los tres astronautas a bordo de la EEI fueron informados de la situación. La NASA asegura que nunca estuvieron en peligro. Para el 23 de noviembre está programado un lanzamiento desde Kazajistán que llevará a tres tripulantes más al complejo espacial.