En su larga campaña el presidente, López Obrador, prometió que habría observadores de la ONU y participación ciudadana en licitaciones de contratos por parte del gobierno.
Las cifras, una vez más, le juegan mal al presidente de México, ya que casi el 78% de los contratos hechos por el Gobierno son por asignaciones directas.
Con tanta asignación directa la verdadera cuestión es ¿hay conflicto de interés? O simplemente fue otra de sus tantas promesas que no cumplirá para atraer votantes.